¿Quién salvará el planeta?

El año que pasó fue uno como ningún otro, el hashtag #2020SORPRENDEME se fue cumpliendo en forma de sismos, pandemia, explosiones, revueltas sociales y rebrotes que tuvieron alcance mundial y se cobraron la vida de millones de personas.

La sorpresiva irrupción del Coronavirus SARS-CoV-2 en la escena mundial dio evidencia de la fragilidad de los sistemas de gobierno, hundiendo y poniendo de rodillas a la humanidad en una crisis sanitaria y económica.

El conmovedor y poderoso mensaje "I Can't Breathe" que le dio la vuelta al mundo por ser las ultimas palabras pronunciadas por George Floyd muerto por asfixia a manos de un policía de Estados Unidos -, generó protestas en todo el mundo contra la represión policial, tanto en países democráticos como totalitarios.

Y aunque iniciamos el 2021 con la llegada de vacunas y tratamientos contra el COVID-19, no podemos olvidarnos de los problemas de fondo que ya estaban, como la desigualdad social que expone a los débiles y a los pobres a sufrir más los embates de las crisis.

De que sirve todo el progreso cuando no podemos convivir en paz, o de que sirve tanta comodidad y lujo cuando las familias son desbaratadas por el divorcio y la delincuencia. ¿Acaso las guerras, las revueltas sociales, la destrucción de la vida y la propiedad son algo de que sentirse orgullosos?

El balance al final del año es innegable, necesitamos un reinicio, un nuevo comienzo, pero, ¿en manos de quién? La experiencia y la historia nos demuestran que "el hombre domina al hombre para su propio mal", pues no ha tenido éxito al gobernar. Y de continuar como hasta ahora, la supervivencia como especie no está garantizada. 

Hace cerca de dos mil años, Jesús, habló de un Reino y una regeneración, recreación o "el tiempo de hacerlo todo nuevo", y aunque la interpretación general apunta hacia el ámbito espiritual, un análisis más cuidadoso demuestra que Cristo hablaba del planeta y la humanidad.

El artículo ¿Quién salvará el planeta?, es una explicación sencilla y breve sobre los alcances que logrará el Reino de Dios en nuestro entorno.

Por otra parte, el artículo ¿Solucionan algo las protestas?, analiza si realmente sirven para acabar con las injusticias, la corrupción y la opresión.