Esperemos a Jehová... • ... cuando veamos que les va bien a los malvados

En determinadas circunstancias, nos enfrentamos al creciente incremento en el costo de los productos básicos y servicios, lo que dificulta aún más satisfacer nuestras necesidades diarias. Este panorama conduce a una sensación de desesperación que puede llevar a muchas personas a recurrir a medidas extremas para obtener dinero rápidamente, sin importar si estas acciones son legales o ilegales, éticas o inmorales.

Este comportamiento impulsivo refleja la codicia y la maldad, manifestándose en actos como la mentira, el robo o el fraude, con total indiferencia hacia el daño que puedan causar a los demás. Lo preocupante es que, al observar a aquellos que se benefician de estas acciones, podríamos llegar a creer que no enfrentan las mismas dificultades y consecuencias que el resto de la sociedad.

Ante esta realidad, surge la pregunta de si vale la pena mantener nuestra integridad y seguir un camino de vida basado en la abnegación. El Salmo 73:2 expresa esta lucha interna, describiendo cómo uno puede sentir envidia de aquellos que parecen prosperar sin experimentar las mismas adversidades.

Sin embargo, el mismo Salmo ofrece una reflexión más profunda. A pesar de la tentación de desviarse, se reconoce la importancia de resistir y mantenerse firme en los principios éticos y espirituales. Se destaca la necesidad de mirar más allá del éxito momentáneo y considerar las consecuencias a largo plazo de seguir un camino de maldad.

Los principios bíblicos sirven como guía para tomar decisiones acertadas en cuanto a la adquisición de bienes materiales. Se enfatiza que la sabiduría es más valiosa que la riqueza temporal, ya que puede proteger y preservar la vida de quienes la poseen (Eclesiastés 7:2).

Además, se insta a encontrar satisfacción en las circunstancias actuales y a evitar caer en la trampa del deseo constante de más. La confianza en Jehová para proveer lo necesario es fundamental, como lo indica el Salmo 62:1,2, donde se destaca que aquellos que esperan en Dios nunca serán sacudidos.

Por tanto, se hace hincapié en la importancia de vivir conforme a principios morales y espirituales, resistiendo la tentación de participar en actividades fraudulentas o corruptas. Es deber de los padres enseñar a sus hijos con el ejemplo y brindar apoyo a quienes puedan verse tentados a desviarse del camino correcto.

Cuando nos encontramos en momentos de soledad, encontramos consuelo en una conexión espiritual con nuestra amorosa hermandad. Además, en situaciones donde cometemos errores graves, el Salmo 130 nos ofrece la promesa de perdón cuando sinceramente nos arrepentimos. Por otro lado, cuando observamos que los malvados parecen prosperar, el Salmo nos asegura que nuestras necesidades económicas serán cubiertas.

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